Querido padre:
Mis recuerdos golpean mi mente. Los tuyos, sin embargo, se van desvaneciendo lentamente, hasta desaparecer por completo. Yo lucho para no olvidar cómo eras: trabajador, fuerte y activo. Cuando llegabas a casa tocando la bocina, cantabas tangos y te metías en esos autos, jugando a la pelota, haciendo esas carreras que siempre ganabas, hablando con nosotros, enseñarnos lo que era la vida de manera brusca o con sabias palabras.
Eras amigo de todos, de mano de hierro con guante de seda, un hombre correcto ante la vida.Nos enseñaste que la vida ofrece muchas posibilidades, que cada uno elegía… lo que debía y quería ser, nos ayudaste a elegirlas bien. Te gustaba estar siempre rodeado de tu familia pero, que vueltas de la vida no es como lo imaginaste…pareciera que falta tiempo, lo importante para tí era la unión que conforta el alma. Pero de pronto comenzaste a cambiar, empezabas a ser un desconocido.
Tus recuerdos se fragmentaron, estas confuso, te das cuenta de que no puedes llevar el control de tu vida, y esto te asusta terriblemente. Es muy duro hacerte comprender que tu cerebro se retrae. Tu enfermedad te esta transformando en un ser doblegado, decaído, siempre muy emotivo, nos recuerdas a cada rato lo que sientes por nosotros, casi disculpándote por todo lo malo que pasamos alguna vez…lamento que no todos puedan escuchar esas lindas frases y todo ese cariño que nos brindas constantemente cuando te vamos a ver, preguntas por todos; amigos, señoras, hermanos, tus hijos, nietos Comienzas con recuerdos de tu niñez que revives a cada instante, confundes la realidad actual con la anterior, eres tan débil, tan frágil, que hace que el corazón se encoja en una agonía permanente.
Lo único que podemos hacer por tí es rodearte de cariño, y pedir a Dios que nos colme de una infinita paciencia. Y tú, querido padre, con tu mirada perdida, yo sé que estás recordando algo muy dentro de ti, y cuando tu lucidez se refleja en tu rostro, esto nos hace sentir tan fuertes...porque sabemos que no te has perdido del todo…
No se pierdan la oportunidad de perdonar y ser perdonados…
